Superado el primer tercio de competición disponemos de recursos suficientes para adelantar un pequeño balance de situación.
La mayoría de los clubes (con conocidas excepciones) se han visto obligados a rebajar sus presupuestos para fichajes. El jugador nacional se ha readaptado a la nueva coyuntura, ya que no es un profesional fácilmente exportable por diversos motivos, entre ellos su escasa proyección hacia mercados europeos o internacionales, lo que ha supuesto que se quede en España, cobrando menos pero manteniendo un nivel de calidad en el apartado de jugadores nacionales. Donde realmente se resiente el rendimiento de los equipos es en los fichajes extracomunitarios, principalmente americanos. El jugador USA es un nómada que salta de país en país sin problemas, emigrando si puede a destinos donde hay recursos económicos como Irán, China, Japón y Suramérica. Y en nuestro país el apartado presupuestario para el fichaje de americanos, que antes era el más abultado del presupuesto general de los clubes, ha menguado y ahora se gasta lo mismo en un foráneo que en un nacional.
¿Cómo ha repercutido esto en la calidad y el rendimiento?. Obviamente antes llegaban a nuestra liga americanos consagrados o con una proyección probada que eran la base de los equipos, esos jugadores determinantes que marcaban la diferencia entre unos y otros conjuntos. Lo que desembarca actualmente en Adecco Plata (salvo algunos casos excepcionales) es el jugador americano que busca promocionarse para dar el salto a otras ligas más importantes pero que muchas veces no tiene las aptitudes contrastadas para lograrlo.
Como resultado de esto la calidad del jugador nacional sale a relucir porque desempeña roles de más responsabilidad en el seno de su equipo. Sin duda cuando las aguas vuelvan a su cauce Superman y La Masa volverán a dejarse ver por nuestras ligas. Mientras tanto, disfrutemos cuanto podamos de Tritonman y El Chico Percebe.