miércoles, 13 de enero de 2010

La Excelencia de Su Excelencia

Han pasado ya algunos meses desde la consecución del campeonato de Europa y tenía pendiente el rendir un pequeño homenaje al entrenador que planificó, conjuntó y dirigió las piezas de ese rompecabezas, que se llama selección española, para entronizarlo. A toro pasado, como se suele decir por mi tierra, es fácil opinar sobre las decisiones acertadas o cuestionables que tuvo entrenador, o sobre cómo se podía haber mejorado algún resultado...He encontrado un término para describir lo que Sergio Scariolo consiguió con la selección: es simple y llanamente, la Excelencia.

La extrema complejidad que supone el gestionar un grupo tan extraordinario y peculiar de jugadores partiendo de la base de que todos son figuras indiscutibles en sus respectivos equipos y algunos de ellos referentes internacionales, pasa por conseguir que todos acaten la filosofía del entrenador asumiendo roles a los cuales no están acostumbrados.

La Selección tuvo un inicio de competición irregular, algo que desató las alarmas en los medios de comunicación, la mayoría de los cuales no dudaron en tirarse al cuello del jefe, criticando sin compasión a un Scariolo que recibió palos hasta en el carnet de identidad. Los argumentos fueron del tipo de que si Ricky está sobrevalorado y aún no está para la Selección, que si Pau viene de ganar un anillo y no está motivado, que si Navarro tal, que si Garbajosa pascual bla bla bla... Tras la avalancha de comentarios, Scariolo no se arredró y condujo a España a la medalla, aunque más allá del título conseguido lo que perdurará en nuestra memoria colectiva es el CÓMO se obtuvo; esta selección adquirió una excelencia en el juego fuera de lo normal, algo muy difícil de alcanzar. La intensidad tanto de la defensa como del ataque fue magnífica, insuperable, casi sobrenatural.

Defensivamente se conjugaron una agresividad espectacular (buena defensa del 1x1 a toda pista, ayudas, defensa del bloqueo directo, rebote...) con el estudio pormenorizado de los contrincantes, en base al cual Scariolo desarrolló un plan defensivo que impidió a los rivales encontrarse cómodos en la pista, pese a sus recursos individuales, disminuyendo los porcentajes de efectividad en sus tiros de campo y sacándolos de su ritmo habitual de juego. Esto propiciaba numerosas acciones de contraataque y transición de las que España sacó mucho partido.

En ataque estático, la Selección derrochó agresividad tanto en la ejecución de los sistemas, como en el timing y en la lectura de juego. La velocidad a la que los jugadores se movían coartaba los intentos de defensa por parte de los oponentes (bloqueo y continuación, cortes para disponer de tiros liberados, la ocupación de los espacios...). Todo se movía con precisión milimétrica, como un reloj suizo made in Spain.

Cada uno de los partidos constituía una lección magistral de cómo ejecutar unas directrices que el rival no podía contrarrestar. Y qué rivales, nada menos que Francia, Grecia, Serbia, Turquía, Lituania, Rusia y compañía. Resulta una obviedad afirmar que la calidad individual es muy importante, pero...¿cuántos equipos de enorme potencial han fracasado por la inadecuada gestión de su plantilla?

Sergio Scariolo consiguió que a los apasionados e incondicionales del baloncesto nos enamorara el juego de la selección, enganchándonos al plasma y haciéndonos disfrutar y enorgullecernos de la eñe y sacando pecho por fin, después de mucho tiempo.

Insisto. Más destacable que el título en sí mismo fue la manera de conseguirlo. El bagaje técnico-táctico que nos ha legado Scariolo tras ese Europeo es oro. Esperamos seguir admirando y gozando de sus conocimientos, filosofía y buen hacer, a la altura de la que es una de las dos mejores selecciones absolutas del mundo.

Enhorabuena, aunque sea con meses de retraso!!!